¿Qué define a un Grupo Norteño en San Diego? Elementos esenciales del género
California norte música es típica de la vertiente occidental parece pasar desde el niño al adulto, pero aún hay muchas familias que la cultivan. Es una forma de vida en la que las canciones originales y canciones populares, además de fáciles, doble principio del canto (o sea ambos lados lo mismo). todos. La manera de tocar una canción original es sencilla, pero el sonido es atractivo de la región y también evoca el concepto han creado. Aunque este no Vigilancia, pero algunas palabras deberán decir en todas juntas espero que los músicos bien lo entiendan. En la música de grupo norteño, las raíces por el sonido y elementos musicales no sólo son característicos pero también emblemáticos.
Estos sonidos llevan a la gente en un parpadeo desde las calles de una ciudad hasta el gran norte abierto, como si uno pudiera oler el polvo en el aire. La música norteña, con sus raíces profundas, es un mosaico de influencias culturales que se han fusionado a lo largo de los siglos para ofrecer un sonido distintivo. La instrumentación es el alma de esta música. Sin el acordeón y el bajo sexto, sería como un taco sin salsa: algo le falta. El acordeón, con su resonancia vibrante, suele dirigir el ritmo de la música para crear melodías alegres que invitan a morderse el labio mientras bailas.
Y el bajo sexto… es el músculo sólido que sostiene la melodía, aportando profundidad y ritmo juntas forman un dúo dinámico que no puede ser separado. El grupo norteño también utiliza batería y a veces saxofón. La batería, con sus ritmos contundentes, es la base sólida que hace que los pies no puedan parar de moverse. Añadiendo los melódicos sonidos del saxofón, no es raro sentir hormiguearse por toda tu espalda un sonido que se parte como una cascada de emociones, aportando una textura sonora que enriquece cada melodía. Como quien encuentra un oasis en pleno desierto, los solos de saxofón son simplemente intrigantes.
La letra de sus canciones tampoco se queda corta en contenido emocional ni de lamento. Habla de amores imposibles, añoranzas y muchas veces de aventuras nada extraordinarias de la vida. ¡Qué poquito gusta el desengaño! Y qué bien lo entienden los “aficionados” a una canción con renglones de norteño, que le llega a uno por donde más le duele. Existe algo terapéutico en cantar a voz en grito esas letras, como si llorar a través de la música purificase el soplo vital del hombre. Se dice que “el que canta su mal espanta”, y estos corridos a menudo son el camino para la redención del alma.
Los ritmos son otra atracción más. Aunque su tipología sea variada, mantienen siempre una esencia rítmica de atrapar que actúa casi hipnóticamente sobre el público. Desde los corridos al estilo de las rancheras, la música de banda norteña lleva aparejada una estructura que no sólo alegra al espiritu sino también al cuerpo. Es casi imposible escuchar canción norteña alguna sin sentirse tentado a moverse, brincando ya sea de acá para allá o a lo largo de todo el salón de baile en su imaginario.
Por último, la moda es una parte inseparable del grupo norteño. Los trajes, sombreros y botas forman parte del “package” musical. Es un espectáculo total que llega al oído, vista, olfato y gusto, No hay que desdeñar esta susodicha enseñanza del proverbio que dice “hábito hace al monje”: con su aspecto corporal se crea la presencia escénica. No se trata únicamente de música, sino que es un arte plástico que se desarrolla a la vista del espectador.
Alma y el corazón de la música Norteña
Cuando uno oye hablar de música Norteña lo primero que se le viene a la mente es el rasgueo distintivo del acordeón, ese instrumento que late al ritmo y da vida a los grupos norteños Como si cada tecla, cada botón del acordeón fuera una historia esperando ser contada. Por su capacidad mágica para provocar emociones este instrumento se ha convertido casi en el pilar mismo del género musical que es tan profundamente arraigado en la cultura de México y el sur los Estados Unidos.
La historia del acordeón en la música Norteña no es algo de aburridos cuentos. Volvamos al siglo XIX, cuando inmigrantes europeos subieron a las tierras mexicanas, traídos en su equipaje principal mente alemanes y checos. No pasó mucho tiempo antes de que el acordeón y la música mexicana tradicional mantuvieran buenas relaciones, un entendimiento que ha durado ya desde entonces más de cien años.
¿Has visto alguna vez la forma que tiene un acordeonista de tocar el acordeón? Es como hacer que alguien conozca ese secreto absoluto levante su voz, con toda la emoción y el patetismo que se dedica a tales revelaciones. Sencillamente hipnotizante es la forma en que los dedos se desplazan por las teclas y botones del instrumento, como si tomaran parte en un baile secreto. El sonido que da el acordeón consigue captar tanto al joven que baila como al viejo sentimental, y eso es lo que le caracteriza.
Siendo sinceros, el acordeón no es un instrumento fácil de manejar. Sin embargo, una vez que uno finalmente logra manejar esta bestia sonora, el efecto es electrizante. Pepe, que era amigo cercano de la familia, solía decir que tocar el acordeón era como tratar de domar un tornado: emocionante, pero peligroso. Mientras que su tío Luis, sin ir más lejos, cuando le había dado por beber tragos de tequila afirmaba queno había penas que el acordeón no pudiera ahogar, y vaya si tenía razón.
Al nombrar los intérpretes más influyentes en la música norteña, no podemos olvidar citar a unos nombres legendarios como Ramón Ayala, quien se ha ganado el apodo de “El Rey del Acordeón”. Ramón ha demostrado que por supuesto es más un objeto popular que sólo un artista. Sus notas han sido la voz de muchas generaciones. Aquel que haya estado a un baile norteño se habrá dado cuenta de que cuando suena “Tragos Amargos”,es el himno que reune a todos los presentes, desde el bailarín hasta el que se encuentra junto al cacahuate o a la cerveza.
El acordeón sobresale en la música norteña precisamente porque es camaleónico. En manos expertas, es capaz de cambiar de una polka alegre a un bolero melancólico. Su versatilidad hace cruzar límites sonoros, ya que se mezcla con influencias que van desde el mariachi hasta la cumbia y el country, constituyendo un grabado sonoro matizado.
Hablemos ahora de su papel en el amor. Cuando el acordeón gime por amor, se transforma en el compañero ideal para las serenatas bajo la luz de la luna. ¿Qué necesidad hay de palabras cuando las notas del acordeón ofrecen cuantas se requieran? Como bien podría ser dicho por don Ernesto, un simpático personaje de mi niñez, “el acordeón puede hacarte sentir enamorado o destrozado, y eso no lo consigue el mejor poeta”.